En el extremo oriental de la Cordillera Cantábrica, pero a la
sombra, en cuanto a protagonismo se refiere, de los cercanos Picos de Europa, se
yergue el macizo de Fuentes Carrionas, la montaña palentina, que atesora
paisajes singulares, hermosas lagunas glaciares y una notable acumulación de salvajes
picos de más de 2.000 metros que destacan por su espectacularidad y bellas
formas.
Es en esas hermosas montañas donde los ríos
Pisuerga y Carrión comienzan su andadura hacia la llanada castellana, y donde
el amante de la montaña podrá disfrutar en un entorno que conserva la
autenticidad de los espacios naturales bien preservados y una escasa
concurrencia de visitantes de la que no pueden presumir el resto de valiosas
cordilleras de nuestros país, más mediáticas y populares, pero entre las que,
por méritos propios y riqueza sobradamente justificada, debe encuadrarse a la
montaña palentina.
Aunque el Espigüete y el Curavacas, los dos colosos pétreos más
emblemáticos de Fuentes Carrionas, ostentan la mayor celebridad dentro de
este macizo, no debemos obviar los múltiples
atractivos que podemos encontrar en estas montañas del norte palentino.
Montaña palentina, la bella desconocida from Fernando del Hoyo on Vimeo.
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