El bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal es un singular paraje donde los ejemplares de estos gigantescos árboles (especie no autóctona que fue plantada en ese monte sobre 1940) conforman un lugar único que actualmente es "Espacio Natural Protegido".
Por el interior del bosque hay varios senderos que permiten recorrerlo de forma cómoda y sencilla. Un agradable paseo que perfectamente se puede realizar con niños y que, por su originalidad, merece la pena ser visitado.
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