"Las montañas no son estadios donde satisfago mi ambición de logros, son las catedrales donde practico mi religión. Desde sus majestuosas cimas veo mi pasado, sueño el futuro y, con una inusual agudeza, experimento el momento presente... En las montañas yo celebro la creación. En cada viaje a ellas, nazco de nuevo." Anatoli Bukréyev.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Vignemale, Grand Vignemale o Pique Longue (3.298 mts.)

Espectacular ascensión por su ruta reina a uno de los tresmiles más emblemáticos y cargados de historia del Pirineo: el Vignemale (también llamado Pique Longue, Grand Vignemale, Viñamala, Viñemal o, en aragonés, Comachibosa), el Señor del Pirineo, la montaña que hizo surgir una pasión irrefrenable en el alma de Henry Russell, el afamado pirineísta que sobre su montaña predilecta escribió:

"Más que nunca amo estos colosos refulgentes, solitarios y soberbios, vestigios gloriosos de un mundo en ruinas, donde más libre y más puro que un niño del desierto uno se emborracha de luz, de nieve y de cielos".

Estatua de Henry Russell a la entrada de Gavarnie

Y es que, si hay una montaña pirenaica cargada de historia, literatura y cierto halo nobiliario, ésta es sin duda alguna el Vignemale, la impresionante mole pétrea que hace de muga entre España y Francia, y que en Aragón se denomina Comachibosa, Viñamala o Viñemal.  

Es el Vignemale, en realidad, una cordillera en forma de diadema donde varios picachos de más de tres mil metros se alzan, altivos, sobre los glaciares, esos vestigios de una época ancestral donde los hielos y las nieves perpetuas ocupaban enormes superficies de terreno que hoy en día, y cada vez más, son sustituidas por el paisaje rocoso y yermo de la alta montaña.  


Macizo del Vignemale desde valle de Gaube

En los territorios del coloso calcáreo se forjaron algunas de las gestas más conocidas y legendarias de la exploración de la cordillera franco-española.

El Vignemale, por tanto, no es una más entre las grandes montañas que conforman la cordillera que va desde el golfo de Vizcaya al cabo de Creus, sino que es una montaña que cobra especial protagonismo si repasamos la historia del pirineísmo, cuyos orígenes más nítidos datan del inicio del siglo XIX.  

Pero es que, además de ser protagonista de notables capítulos de la crónica pirineísta, en las paredes del Vignemale comenzó la escalada de dificultad en el Pirineo, cuyo origen se remonta a la conquista del corredor de Gaube, acaecida en agosto de 1889, a cargo de Henri Brulle, Célestin Passet, Roger de Monts, François Bernat-Salles y Jean Bazillac.

Breve descripción del recorrido:

La ruta más frecuentada hacia el Vignemale parte en vehículo desde la localidad de Gavarnie, donde se debe tomar la carretera asfaltada (que más tarde se convierte en pista bacheada) que nos conduce al embalse de Ossoue (1.834 mts). Es en este lugar donde estacionaremos el vehículo y daremos comienzo a la aventura, adentrándonos en el valle de Ossoue en dirección al refugio de Baysellance, punto final de la primera etapa de la travesía.

Cascada de Gavarnie desde Gavarnie

Valle d´Ossoue

Enorme cascada en el camino

La marmota es abundante en esta zona

Valle y Lago d´Ossoue

Refugio de Baysellance, el situado a mayor altura del Pirineo: 2.651 mts.
Desde el refugio de Baysellance, lugar habitual de pernoctación, aún quedan 800 metros de duro desnivel, ya en los dominios de la nieve y los hielos perpetuos, por lo que es preciso ir provistos de piolet y crampones en cualquier época del año. Al salir del refugio, descenderemos unos 100 metros hasta el desvío que dejamos el día anterior y que, ya sí, enfila hacia el glaciar.

Hacia el glaciar de Ossoue

Duras rampas en la zona del "Lomo del Burro"
La zona más empinada antes de llegar a la planicie del glaciar se denomina "Lomo del Burro", terreno que conviene ascender en diagonal para dosificar el esfuerzo.

Por el glaciar de Ossoue

Impresionante telón de fondo

Autor del blog observando el Piton Carré (dcha.)
y la salida del Couloir de Gaube (centro)

Cordada por el glaciar, con Pique Longue al fondo
En verano, cuando la capa de hielo mengua, aparecen las temidas grietas en el glaciar, por lo que no resulta excesivo, sino prudente y a veces indispensable, encordarse para salvar la situación en caso de caída.

Grutas de Russell en el Collado de Cerbillona

Ascenderemos a la parte final del recorrido a través de un canal de color rojizo donde no estará de más colocarse un casco protector, pues en este tramo resultan habituales las caídas de piedras provocadas por quienes nos preceden. Tampoco está de más abandonar las mochilas para hacer más cómoda la trepada final, porque será necesario hacer uso de las manos en algún tramo complicado.

Ya en la cumbre, si las nubes nos conceden una tregua, podremos admirar en toda su magnificencia el glaciar a nuestros pies, una de las mejores y más representativas lenguas de hielo vivo que se mantienen en el Pirineo. También, desde esta atalaya privilegiada, podremos contemplar los otras 15 cumbres que, superando los 3.000 metros de altura, componen el macizo del Vignemale, así como un sinfín de cimas de la cordillera.

Vista del glaciar desde la cumbre del Vignemale
El glaciar de Ossoue, con las 46 ha. confirmadas en 2007 y una longitud aproximada de 1,4 km, es el segundo en extensión de la cordillera pirenaica, tras el del Aneto, aunque es el único con una lengua destacable y uno de los que mejor se conservan.

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