"Las montañas no son estadios donde satisfago mi ambición de logros, son las catedrales donde practico mi religión. Desde sus majestuosas cimas veo mi pasado, sueño el futuro y, con una inusual agudeza, experimento el momento presente... En las montañas yo celebro la creación. En cada viaje a ellas, nazco de nuevo." Anatoli Bukréyev.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Pico de las Cruces y Pico Almonga

Fuentes Carrionas, la montaña palentina, es más que sus afamados Espigüete, Curavacas, Peña Prieta o Pico Murcia.

Fuentes Carrionas es también un generoso repertorio de picos poco conocidos, de menor altitud y escaso protagonismo, que no en vano merece la pena descubrir por la singularidad de sus rutas de acceso, la soledad en sus aproximaciones, o las hermosas vistas que ofrecen sus cimas, todo ello sin necesidad de acometer duras y largas ascensiones que sí exigen otras alturas más renombradas de la misma cordillera.

Encontré escasas referencias sobre el Pico Almonga, y menos aún del Pico de las Cruces, pero ambos supusieron la grata sorpresa que reservan las cumbres menos mediáticas, aquellas donde la autenticidad sin grandes esfuerzos es suficiente para satisfacer el deseo de disfrutar de montaña de verdad.

Valle de Tosande

El recorrido parte de Ruesga, población muy cercana a Cervera de Pisuerga, donde, al final del pueblo, localizamos un aparcamiento habilitado, desde donde daremos comienzo a la caminata.

El camino, inicialmente pista que paulatinamente se va estrechando, nos lleva a las proximidades de la Mina Ladillero, donde, ya sí, el sendero se empina notablemente y nos interna en un hayedo que nos acompañará hasta el Collado Ladillero, donde podemos deleitarnos con las vistas sobre el valle de Tosande.

Continuamos la marcha hacia el este, contemplando la mole del Pico de las Cruces, próxima parada obligatoria para seguir contemplando Fuentes Carrionas en toda su magnificencia.

Alto de las Cruces
Alcanzado el primer pico, poco nos queda para hollar el cercano Almonga, de escasa menor altitud y que se haya coronado por un enorme mojón.

Cima del Alto de las Cruces

Pico Almonga
El descenso, acusado y sin sendero marcado en sus inicios, nos adentra más adelante en un nuevo hayedo y posteriormente en zonas de pasto que terminan por conducirnos a la localidad que nos vio partir.

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